A raíz de la crisis económica y en
el contexto español ha aumentado considerablemente el uso de lo que denominaré
“vocabulario del emprendedor”: en este encontramos diversos conceptos:
emprendedor, joven, creatividad, innovación, reinventarse, etc. Esto no
significa que antes no se hablara de ellos, es evidente que existen desde mucho
antes de la crisis. Pero lo que sí percibo es que a partir de ésta se habla
mucho más de estos y sobre todo se hace de forma conjunta ya que hemos acabado
por asociarlos.
Repito que no son conceptos que se
“inventen” a partir de la crisis. Ya existían anteriormente, no partimos de
cero. No obstante, ahora todos estamos mucho más familiarizados con estos, los
encontramos en todos lados: periódicos, revistas especializadas y de divulgación,
telenoticias, tertulias radiofónicas, magacines televisivos, toda una
literatura del emprendedor, etc.
Ser emprendedor es “cool”, conlleva
un prestigio, un valor socialmente atribuido. No hay duda de que es mucho mejor
que estar parado pero emprender conlleva riesgo. Ser emprendedor supone aceptar ese riesgo, ser capaz de convivir
con él. ¿Esto puede generar individuos más dispuestos a actuar en situaciones
de incertidumbre y miedo, individuos que no se acobarden y paralicen ante lo
desconocido y lo inseguro? ¡Pero cuidado! ¿Esta supuesta valentía que lleva a
actuar bajo riesgo e incertidumbre es reflexionada y razonada o por el
contrario responde a un deseo ingenuo de emprender? Está claro que sin un ápice
de optimismo y motivación uno no dedica su tiempo y ahorros a crear y
emprender. Pero como dice Emilio Duró “no hay nada peor que un tonto motivado”.
Un concepto interesante dentro del
“vocabulario del emprendedor” es el de innovación. Acordaremos que innovar
implica aportar algo nuevo y que este concepto está estrechamente relacionado
con el de creatividad. En su día ya escribí sobre el concepto de creatividad y
la manera como la entendemos actualmente [Ver La creativitat està sobrevalorada] y las conclusiones de entonces son aplicables también para éste
caso. Una sociedad que fomenta la innovación es para mí mucho más deseable que
una que se estanca en el conservadurismo, el problema está en la forma de
entender la innovación. Hay que vigilar y replantear los términos cuando
conceptos como el de innovación se convierten en fines en sí mismos. Innovar e
innovar porqué tenemos los medios y la creatividad para hacerlo, aunque ello
nos lleve al mismo lugar del que partimos.
Pero el concepto de innovación llega
a su connotación más apasionante cuando se aplica al individuo mismo. Entonces
se le llama reinventarse. Abandonar aquello a lo que me he dedicado hasta el
momento para ocuparme de algo distinto. Aquel concepto de un trabajo estable,
dentro de una misma empresa ascendiendo de cargo con los años y la dedicación
es algo que ya ha quedado obsoleto y que incluso provoca cierto malestar y
rechazo. Preferimos, o han conseguido que prefiramos, ser unos “nómadas
laborales”, infieles por elección, reinventores de nosotros mismos y nuestras
capacidades (es curioso observar como incluso la ciencia contribuye a esto.
¡Piensa en el concepto de plasticidad cerebral!). Además se trata de
reinventarse no tan sólo cuando nuestro proyecto fracasa: el emprendedor ha
llegado a identificar el fracaso con la oportunidad, oportunidad para aprender
de los errores, oportunidad para mejorar, oportunidad para reinventarse; sino
que también, y esto lo más interesante, se trata de reinventarse cuando todo va
bien.
Sin duda el espíritu emprendedor es
un recurso que hay que fomentar, y así se hace, pero no sin reflexionar la
clase de individuo que éste potencia. Individuo que se convierte en
funambulista del riesgo, nómada convencido que no dudará ni un instante en
abandonar un proyecto, aunque funcione, para embarcarse en uno nuevo, siempre
escudándose en el discurso de lo “mucho aprendido” y lo “mucho por innovar”; un
innovador empedernido que se regocija en su afán por reinventarse casi
provocándose esquizofrenia. Como he apuntado en otros escritos se trata de
pensar críticamente para no dejarse llevar por las tendencias del momento.
Marc
No hay comentarios:
Publicar un comentario